El nabo, un cuento ruso popular


¿Recordáis mi última adivinanza?

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Es el nabo, un tubérculo comestible y una de las más antiguas plantas de cultivo. Cuenta más de 40 siglos de existencia, lo conocían los egipcios, griegos y romanos, y en Rusia fue un alimento principal hasta el siglo XVIII, cuando lo sustituyeron las patatas. Hasta ahora un dicho popular en Rusia dice: «Es más sencillo que el nabo estofado» que significa  «Es coser y cantar», es decir algo muy fácil de hacer. Ahora el nabo no está muy abundante en las secciones de verduras de supermercados, pero de vez en cuando podemos encontrarlo. A mí no me gusta cocinarlo como lo hacían nuestros antepasados estofándolo en un puchero metido al horno o de cualquier otra manera, pero está bueno para comerlo crudo o en una ensalada de verduras.

Uno de los más antiguos cuentos populares en Rusia también nos dice de esta hortaliza. Este cuento es uno de los primeros que los niños conocen durante los  primeros años de su vida. Yo quería traducirlo a español, pero encontré una versión ya traducida en el Internet. Aquí está.

El Nabo. Cuento Popular Ruso

Había una vez un viejo que plantó un nabo chiquitito y le dijo:

—Crece, crece, nabito, ¡crece dulce! Crece, crece, nabito, ¡crece fuerte!

Y el nabo creció dulce y fuerte y grande. ¡Enorme!

Un día, el viejo fue a arrancarlo. Tiró y tiró, pero no pudo arrancarlo.

Entonces llamó a la vieja.

La vieja tiró de la cintura del viejo. El viejo tiró del nabo. Y tiraron y tiraron una y otra vez, pero no pudieron arrancarlo. De modo que la vieja llamó a la nieta.

La nieta tiró de la vieja, la vieja tiró del viejo, el viejo tiró del nabo. Y tiraron y tiraron una y otra vez, pero no pudieron arrancarlo. Entonces la vieja llamó al perro.

El perro tiró de la nieta, la nieta tiró de la vieja, la vieja tiró del viejo, el viejo tiró del nabo. Y tiraron y tiraron una y otra vez, pero no pudieron arrancarlo. Entonces el perro llamó al gato.

El gato tiró del perro, el perro tiró de la nieta, la nieta tiró de la vieja, la vieja tiró del viejo, el viejo tiró del nabo. Y tiraron y tiraron una y otra vez, pero no pudieron arrancarlo. Entonces el gato llamó al ratoncito.

El ratoncito tiró del gato, el gato tiró del perro negro, el perro tiró de la nieta, la nieta tiró de la vieja, la vieja tiró del viejo, el viejo tiró del nabo. Y tiraron y tiraron, con todas sus fuerzas, hasta que por fin  (púmbate) . . . .¡arrancaron el nabo!

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