Hoy finaliza el Maslenitsa, una semana de Carnavales en Rusia. Y para mostraros algo de esta fiesta, he ido a un parque en el centro de Moscú. De verdad, en Moscú habían unos puntos donde tenían lugar celebraciones festivos, y hay unos donde la fiesta era más impresionante, pintoresca y viva, pero estos parques y museos están muy retirados del centro de la ciudad y en nuestra capital todavía hace demasiado frío para pasar muchas horas en la calle. En todo caso lo que he visto muestra muy bien la diferencia entre las fiestas en España y en Rusia.
En Rusia la mayoría de las fiestas que se celebran en unos espacios públicos son las manifestaciones formales. Algunos grupos folclóricos actúan (ciertos grupos son verdaderamente buenas y lo hacen poniendo calor en sus actuaciones) y intentan hacer participar a sus espectadores, pero no siempre exitosamente. La gente que viene para asistir a las fiestas nunca se disfraza, todos los disfrazados son actores, participantes de los conjuntos folklóricos, etc. Habitualmente en Rusia las fiestas populares carecen un ambiente muy especial cuando toda la ciudad o pueblo está bullendo. En Rusia la mayoría de las fiestas se celebran en casa, entre los familiares y sus invitados. La gente sale de casa para las fiestas si le prometan algún espectáculo grandioso o algo extraordinario, aunque hay ciertas y escasas fiestas cuando la gente suele pasear por ciertos sitios de la ciudad. Posiblemente todo eso es una herencia de la época soviética, o es un efecto de nuestro clima tanto desagradable, o de la naturaleza de la gente en nuestro país. No siempre está así, pero con mucha frecuencia.
En todo caso he pasado un ratito en el parque «Ermitage» que está situado en el centro de Moscú. Un conjunto folklórico cantando sobre el escenario.
Las vendedoras de muñequitas del Maslenitsa, y de piruletas tradicionales en forma de gallito están disfrazadas de bufonas.
Una muñequita protectora de hogar.
Para los niños funcionaba un taller donde ellos aprendían hacer muñeqitas de trapo y cruces solares, un símbolo pagano del Maslenitsa. También jugaban a juegos tradicionales, muchos de los cuales son muy parecidos por todo el mundo, como, por ejemplo, este del «tira y afloja».
La mesa grande estaba construida especialmente para comer los blinis.
Los blinis, es decir los crepes, son verdaderos protagonistas de las fiestas del Maslenitsa, se cocían y vendían en un puesto del parque. Pero comprarlos era un proceso muy largo, y por eso los he cocido en casa. No soy una experta en cocer los crepes, para mi es un trabajo muy duro, pero lo he hecho para mi hijo que quería guardar la tradición (y además creo que simplemente le gustan los crepes) y para mostraros mis crepes, que no son bonitas ni nada, pero la entrada del blog dedicada al Maslenitsa no puede carecer por lo menos una foto de los blinis.
En Rusia la tradición de cocer crepes es muy antigua y popular. Existe un montón de recetas, los blinis pueden estar gruesos o finos, aún se puede hacer una tarta de blinis, pero los más valiosos son llamados calados o perforados, y para mi gran sorpresa eso es lo que he conseguido hacer.
Los crepes pueden comerse solos o con distintos rellenos, dulces o salados. Los más tradicionales y apreciados son los blinis con caviar, pero con salmón marinado tampoco se quedan en zaga.
Las mejores fiestas del Maslenitsa sin duda celebran en Suzdal, la ciudad muy pequeña y antigua que está situada a unos 200 km de Moscú. Suzdal se considera un museo al aire libre y está incluido a llamado Anillo de Oro de Rusia, un conjunto de las ciudades con múltiples monumentos de gran valor artística e histórica. Este video muestra un episodio del Maslenitsa en esta ciudad y es verdaderamente bonito. Además contiene todos los atributos tradicionales del Maslenitsa: corros y bailes, luchas tradicionales de dos filas de hombres, trepa a un pilar para quitar un premio, un espantajo del Maslenitsa y su quemada como un acto final de las fiestas, y por supuesto los blinis y aguamiel, y mucho más, y todo se encaja en 3 minutos y media.