A mí me parece muy interesante cómo la lengua refleja la realidad de cada pueblo y la existencia o ausencia de ciertas cosas en su vida dependiendo de su situación geográfica u otras razones. Sin duda ya sabéis que existe una creencia popular que las lenguas nativas de los pueblos esquimales tienen un gran número de palabras para nombrar la nieve. Algo parecido se observa con muchas otras cosas. Por ejemplo, en la lengua española hay un gran número de nombres de los crustáceos y moluscos, mientras en la rusa nunca vimos tanta su diversidad y por lo tanto nos contentamos con tan sólo dos o tres. Y por el contrario, he descubierto que en la lengua española faltan los nombres para muchos frutos que tenemos en abundancia en verano en Rusia. Por ejemplo, todos esos arándanos o grosellas con distintos epítetos se refieren de verdad a una clase enorme de frutos cada de los cuales es singular. En la lengua rusa hay muchas palabras para llamarlos todos con los nombres no científicos sino populares. Y hoy quiero contaros y mostraros algunos de ellos (frutos, palabras no), cuanto y más ya está empezando su temporada.
Los botánicos definen las bayas como un fruto carnoso que dispone la pulpa con las semillas en ella, entre otras cosas más especiales. Partir de eso las bayas son los tomates y pepinos, sandías y berenjenas, etc. Sin embargo, a nivel cotidiano llamamos la baya a toda la fruta de tamaño diminuto, normalmente de sabor dulce, que crece en la huerta, en el campo cultivado, o viceversa – en el bosque, en plena naturaleza salvaje. Y no siendo botanista, no pretendo escribir un artículo científico sino mostraros la diversidad natural con la cual disponemos en estos meses de verano.
Un día he mostrado a mis amigos españoles una imagen de una baya que está muy ordinaria en Rusia pero me preguntaron qué es y no encontré la respuesta por no saber esta palabra en español. Ya en casa vi en un diccionario que se llama simplemente grosella espinosa. Pero no está parecido a la grosella normal. En ruso se llama krizhovnik, puede ser blanco o verdoso, rojo o rozado, crece en jardines frutales y tiene sabor dulce o ligeramente acídulo.

Foto de Diego Delso
Entre otras especies de las bayas cultivadas en Rusia hay muchos frutos que están abundantes en España, como las fresas o las cerezas, o las uvas que crecen solamente en las regiones meridionales del país, pero también hay otros. Muchos de ellos se consideran las frutas del bosque, pero en Rusia los cultivan de antaño y con éxito. En España nunca vi las grosellas frescas en un mercado (salvo como la confitura en supermercados), aunque en Rusia hay por lo menos tres tipos: grosella negra, grosella roja y grosella blanca (y de verdad existen las decenas de sus variedades). La roja y la blanca están parecidas entre sí, pero la negra se diferencia mucho por su aroma, sabor y otras cualidades.
También en las huertas de toda la casa de campo siempre encontraréis frambuesos cuyos frutos pueden ser rojos o amarillos y últimamente ya han aparecido las frambuesas verdes y aun negras. Además hay zarzamoras cultivadas, y me sorprende lo que en la Rusia central se ponen maduras a mediados de verano, mientras que en España nunca vi las zarzas silvestres con los frutos maduros durante mis paseos por las cuestas soleadas de cerros o a lo largo de las orillas de ríos donde sus matorrales son abundantes. Sus frutos en toda la época del año siempre están rojizos y duros. Es un enigma que todavía no puedo resolver y si conocéis la causa de eso, espero que me dijereis.

La zarzamora en España
Por el contrario, en las alrededores de Zaragoza encontré un par de árboles con moras blancas y negras o rojas (si no me equivoco, los árboles se llaman moreras, morales o morus), y sus frutos estaban maduros a principio de verano. Las moreras crecen en abundancia en las regiones del sur en Rusia, y normalmente se irguen directamente en las calles de las ciudades y pueblos por alegría de los niños lugareños y por disgusto de los trabajadores de limpieza urbana en la temporada de su fructificación.

Foto de Anastasija1984
Hay mucho más bayas cultivadas que son frutos de los árboles o arbustos frutales. Pero lo más interesante podéis encontrar en cualquier bosque en Rusia, donde crecen las bayas silvestres de muy diversas variedades. Cuando mi hijo estudiaba en un cole en España, leí un artículo en su libro de texto. Se trató de la taiga, es decir de un bosque de coníferos que sitúa al norte de Europa y América, y en los territorios de Rusia predomina en las zonas septentrionales, centrales y las de Siberia. «La zona sin vida», – así llamaron taiga en aquel libro y era lo que me sorprendió mucho. Posiblemente querían decir que estas zonas están poco habitadas por los seres humanos, pero en cuanto a la vida natural, la flora y la fauna, – son abundantes allí aún en invierno que normalmente es muy frío, cuanto más en verano. La taiga puede alimentar a uno durante mucho tiempo, aportándole como animales de caza o pescado de los caudalosos ríos tanto la comida vegetal: setas, plantas comestibles y bayas (así llamamos las frutas del bosque). Entre las especies más difundidas es la fragaria (también llamada fresa salvaje o frutilla silvestre). Ahora todos los claros del bosque están floreciendo con las flores blancas. Y pronto en lugar de las flores aparecerán las pequeñas bayas rojas, muy aromáticas y ricas.

Foto de Ibex73
Es muy pequeña, así se ve entre la hierba.
También en los bosques hay muchos arándanos. La lengua española distingue por lo menos dos variedades: azul y rojo. El arándano azul en ruso se llama chernika que se refiere a su color que verdaderamente es más negro que azul. Crece en el bosque por toda la parte y está muy abundante.
Lo que es más azul así se llama en ruso: golubika, que podemos traducir como azuleja. Está muy parecida al arándano azul, pero es diferente y en la lengua española no hay ni una palabra para esta baya (por lo menos en diccionarios y la Wikipedia). Su nombre científico es Vaccinium uliginosum.

Foto de Arnstein Rønning
El arándano rojo siendo una planta del mismo género es muy diferente, y no sólo por su color. Crece en las zonas más templadas y aun frías, sobre todo en los pantanos. Tiene un sabor muy ácido y por eso casi no se come sin azúcar, y además con esta baya hacen buenísimas confituras crudas triturando la fruta con azúcar.

Foto de Mariluna
Un refresco ruso tradicional se llama mors y se prepara a base del zumo de arándano rojo. Se elabora muy fácilmente. Primero se exprime el zumo de las bayas y se reserva. El orujo de las bayas se hierve en una cazuela con el agua y el azúcar según vuestro gusto durante 15 – 20 minutos. Luego se enfría, se cuela y se estruja bien. Finalmente se añade el zumo fresco reservado, se remueve, se resfría y ya está. Se puede preparar este refresco a partir de cualquier baya.

Foto de aquí
Por cierto, en la Wikipedia española la foto de arándano rojo está incorrecta representando la otra baya que crece en las zonas norteñas de Rusia y Escandinavia. Verdaderamente estoy algo liada porque esta baya, siendo muy diferente, en español se llama así mismo: el arándano rojo. Aunque el diccionario me propone también una variante mas – vaccinio. En todo caso, esta baya se usa principalmente en las confituras y para hacerla en remojo y así consumirla durante invierno, y además a su base se elaboran las salsas muy ricos para acompañar las carnes.

Foto de Wildfeuer
Y la reina de las bayas del norte es la mora de los pantanos. Crece como se ve desde su nombre en los sitios pantanosos en la tundra y en la taiga en el norte de las partes europea y asiática del país. Posee un sabor no muy dulce pero característico. Por desgracia, las bayas no aguantan ninguna transportación larga y es la razón por la cual su sabor está casi totalmente desconocido en otras zonas del país. Con ellas hacen confituras licores, salsas y mucho más.
Los bosques veraniegos en Rusia también están llenos de la frambuesa silvestre y de muchas otras bayas menos difundidas y por eso menos recogidas, y ya podéis suponer que a menudo llevan nombres iguales de zarza o mora con algún suplemento. Todas las bayas llenan nuestra cocina con mucho sabor a la vez aportándonos las vitaminas y minerales. Lo mejor es comerlas en crudo en abundancia durante su temporada, pero también merecen la pena sus derivados como toda clase de confituras, mermeladas, jaleas, compotas, zumos, refrescos y mucho más.
Casi todas las plantas mencionadas aquí tienen muchas propiedades curativas muy importantes, y por eso se recogen no sólo sus frutos sino las hojas y otras partes de la planta. Los médicos en Rusia a menudo recetan a sus pacientes los medicamentos a base de las plantas medicinales.
No sólo el hombre es él quien quiere golosinar de las frutas del bosque. Muchos insectos y animales también las comen, y el que las necesita más de todos es el oso pardo que habita en taiga. Por suerte, no salen de allí (por lo menos en la parte europea del país), pero en las marchas turísticas siempre tengo miedo de encontrarse con ellos. El oso es un animal muy fuerte y posiblemente por eso es una figura importante hasta ser representado en escudos de muchas ciudades rusas. Por cierto, conozco por lo menos una ciudad española que tiene en su escudo un oso y un árbol que fructifica con las bayas. Ya sabéis que es Madrid, la capital española. Así siempre busco y encuentro un terreno común entre nuestros países y nuestra gente. ¡Saludos!
Hola!! esta genial tu articulo te felicito es justo lo que estaba buscando, gracias .. besos!!
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Gracias, me alegra que mi artículo resultó útil para ti. Saludos
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Impresionante desconocía cuantas clse de bayas hay
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De hecho, hay muchas más. Nuestros bosques poseen la gran variedad de bayas, aunque en España también, en los bosques montañosos hay muchas bayas, pero ¡ojo!, no todas las bayas son comestibles, existen variedades venenosas. 🙂
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Saludos Julia😘😘
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Saludos para ti, Elena 🙂
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Reblogueó esto en El Noticiero de Alvarez Galloso.
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