Qué bebemos en Rusia. No sólo el vodka


Pese a la opinión difundida, una bebida más popular en Rusia no es el vodka, sino el té. Lo toman todos, normalmente por lo menos dos o tres veces al día. Aunque el té apareció en Rusia en la primera mitad del siglo XVII y costaba mucho, se difundió muy rápidamente entre todas las clases sociales. La tradición de tomar el té entre la aristocracia rusa tomó como modelo la de Gran Bretaña, sentando a la mesa perfectamente puesta, con la vajilla de porcelana, a menudo añadiendo la leche a la bebida, tomando postres y teniendo las conversaciones largas. De manera diferente tomaban el té en las casas de mercaderes (que formaban su propia clase social en Rusia de los siglos XVIII, XIX y los principios del XX, bajo los nobles y clérigos). La gente de este grupo solía exhibir su bienestar, y cuando mencionamos la mesa tradicional de té en Rusia, imaginamos ante todo su manera de tomar el té.

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Borís Kustódiev. «La mujer del mercader tomando el té»

El samovar sobre la mesa, muchos entremeses y postres como la miel y las confituras de todo tipo, empanadillas y rosquillas, un largo proceso de tomar el té, y sobre todo una costumbre de tomar el té del platillo (primero llenaban una taza con el té y luego vertían poco a poco de la bebida a un platillo para que no sea demasiado caliente para beberlo).

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Konstantín Makovski «Tomando el té»

En el centro de la mesa siempre estaba el samovar con el agua recién hervida, sobre el cual se elevaba una tetera pequeña con la infusión concentrada de las hojas del té, es decir el té hecho muy fuerte, así que cada uno comensal pueda echar una cantidad deseada del concentrado a su taza y luego aguarlo con el agua caliente desde el samovar. Todo eso podemos ver en muchas famosas obras del arte.

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Vasili Perov. «Té en Mitischi cerca de Moscú»

Antes de servir el té  había que hervir el agua en el samovar – un recipiente metálico muy grande,  dotado de una chimenea interior con un pequeño fogón que llenaban con carbón vegetal o leñas.  Este aparato procede de la región de los montes Urales, pero el centro de su producción era en la ciudad de Tula, situada en la Rusia Central.

DSC02012aCon el paso de tiempo el samovar seguía perfeccionándose, primero empezó funcionar con el combustible líquido, luego aparicieron los samovares eléctricos. En el siglo XX los samovares poco a poco cayeron en desuso siendo sustituidos por las teteras metálicas que se calientan sobre el fuego de cocina. Hoy día la mayoría de la gente utiliza los hervidores de agua eléctricos. Pero hasta ahora hay quienes tienen un samovar en su casa de campo utilizándolo en ocasiones para crear un ambiente algo exótico. Por cierto, los samovares existen también en la cultura árabe, y yo vi algunos en el Mercado Medieval de las Tres Culturas en Zaragoza.

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Hoy en día el té en Rusia sigue siendo una bebida muy popular. Lo toman sólo o con postres y dulces, añadiéndole a la infusión ciertas cantidades de azúcar, la leche o nata, alguien prefiere añadir una rodaja del limón a la taza, hay quienes mezclan las hojas del té con hierbas aromáticas como la menta, melisa, etc. Todas las comidas o cenas de fiestas domésticas con o sin invitados siempre se dividen en las dos partes: en la primera comen los entremeses y platos salados, a menudo con las bebidas alcohólicas, y en la segunda se cambia toda la vajilla y se pone la mesa dulce con el té. Habitualmente después del té se acaba la cena. Además si vais a casa de uno, aún de improviso, os seguramente inviten a tomar el té con algunos dulces. Lo mismo puede observarse en la vida oficial, el té o café casi siempre ofrecen a los visitantes importantes de las empresas. El té caliente está insustituible durante las épocas del frío, y los termos con el té caliente suelen llevar los que pasan mucho tiempo fuera de casa en invierno. Y por supuesto hay muchos refranes y dichos en ruso sobre el té. Por ejemplo, la frase: «Aún no nos ofrecieron el té» – significa la impresión de una acogida fría e inhospitalaria, y «¿Aún no vais a tomar el té?» dirigida a un invitado significa una desilusión del dueño de la casa por la brevedad de su visita. Si os dicen: «Te invito a una copa del té», podéis interpretarlo como una broma o como un eufemismo de la invitación a beber algo más fuerte que el té.

Aunque el té presenta una gran parte de la vida rusa, no es la única bebida popular. Tradicionalmente la comida típica del mediodía en Rusia consiste en dos platos y una bebida. El primer plato casi siempre será una sopa, el segundo – algún plato cárnico con un acompañamiento de cereales, pastas o patatas, y el tercer – una bebida dulce que sustituye el postre. Más difundidas son compotas, que en la versión rusa más bien parecen a un caldo de la cocción de las frutas con el azúcar y unos trocitos de la misma fruta. En invierno preparan las compotas de la fruta congelada o seca. Por ejemplo, en algunos comedores públicos hasta ahora podemos encontrar una compota del surtido de frutas secas como ciruelas negras, albaricoques, uvas pasas e higos, que estaba muy típica en los tiempos soviéticos.

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Foto de Albertyanks Albert Jankowski

La otra bebida de la comida tradicional que también es un buen refresco sin gas es el mors. Se prepara a partir de las bayas, sobre todo de las frutas del bosque. Su rasgo característico es que al caldo de frutas se añade el zumo fresco exprimido de ellas antes de la cocción. El mejor mors podemos obtener del arándano rojo que es una baya que se conserva muy bien en frío durante todo el invierno y por eso esta bebida nos aporta mucha  vitamina C durante la temporada fría.

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Foto de aquí

A veces preparamos algo menos conocido en la Europa Occidental: el kisel. Es una bebida a base del caldo de la cocción de frutas al que se ha añadido almidón (normalmente utilizamos el de patata). Como el resultado obtenemos una bebida algo espesa, con un toque de jalea.

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Foto de Kagor

En la antigüedad en Rusia hacían el kisel de avena que no se presentaba una bebida sino un plato tipo el kasha líquido o una especie de áspic. Otra vez lo cuento eso.

En los días de calor en Rusia suelen consumir refrescos. Uno de los más típicos y los más antiguos es el kvas. Esta bebida espumosa con un sabor ligeramente agridulce es un resultado de la fermentación del pan seco de centeno mojado en el agua con un poco de azúcar. Hay muchas recetas como industriales tanto caseras para elaborar el kvas. Hace unos años la compañía Coca Cola empezó producirlo para el mercado ruso. El kvas se vende en las botellas de plástico, pero hace pocos años estaba vendido directamente de las barrigas en las calles de las ciudades en Rusia. Además de su uso como un refresco, sirve una base para muchas sopas frías típicas del país desde la antigüedad.

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Foto de Grant

En el siglo XX la industria soviética elaboraba muchos refrescos bajo de la denominación común de limonadas. Eran unos refrescos tipo gaseosas con diferentes colores y sabores (cítricos, frutales, de extractos de hierbas, etc.). Hay que mencionar que la Rusia soviética tenía pocas relaciones comerciales con los países llamados entonces capitalistas, y por eso en la URSS no teníamos ningunos refrescos de fama mundial como Coca Cola, Pepsi Cola, Fanta, etc. Sólo a finales de los años 70 en el mercado ruso aparece la Pepsi Cola que de golpe se ha convertido en un artículo deficiente hasta los 90. Ahora todavía hay mucha gente en Rusia que prefiere tomar las «limonadas» antiguas.

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Foto de aquí

Por falta de la oferta industrial de los refrescos en la URSS, se ha hecho muy popular una bebida casera a base de llamado hongo de té. Esta bebida se prepara a partir del té endulzado cuya fermentación es un resultado de la acción de una colonia de microorganismos muy parecida a una medusa. Esta «medusa» requiere mucho cuidado, hay que lavarla con frecuencia y darle de comer, mientras siempre tienes en casa un refresco de sabor agradable.

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Foto de Romarin

También en Rusia bebemos los zumos de fruta. Hoy en día hay muchísimos variadades, sin embargo en la URSS existían sólo zumos de manzana, ciruela, uva, tomate y abedul, y en raros casos el zumo de mango importado de India. Los zumos se vendían en los frascos muy grandes o atabernados (si se pude decir así mencionando la bebida no alcohólica). Los vasos llenaban de los conos de cristal como estos (aunque la foto está tomada la pasada primavera en una zona de Moscú donde estaban reconstruidas las cosas soviéticas para un festival artístico).

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En cuanto a las bebidas alcohólicas, el más típico realmente es el vodka. Lo consume la gente de todas las clases sociales, pero los más intelectuales lo hacen en las cantidades más o menos razonables y con un ambiente especial. Habitualmente con unas copas del vodka nacen las conversaciones largas, cordiales y filosóficas, que son una fuente del mito sobre el «alma rusa misteriosa». El vodka apareció sólo en el siglo XIV, y anteriormente en la Rus antigua consumían las bebidas con el contenido inferior del alcohol. Por ejemplo, eran muy populares unas bebidas a base de la miel fermentada con un nombre común de aguamiel o hidromiel. Las cervezas también  tienen su larga historia desde los tiempos de la Rus antigua. Los vinos por las razones climáticas y no sólo por ellas, por desgracia no son muy típicos en Rusia. Hay unas fábricas de vino en las regiones del sur del país, pero la calidad de su producción deja desear mucho mejor. Sólo se puede encontrar unos ejemplares esporádicos del buen vino. Además la gente en Rusia en su mayoría no está acostumbrada consumir el vino, y si lo consume, prefiere los vinos semi secos o aún dulces, hasta que los importadores de España o Italia abastecen a Rusia las variedades endulzadas de las famosas marcas vineras. A decir verdad, los últimos años mientras la gente viaja mucho por el mundo se aumenta la cantidad de los que preferían un buen vino al vodka. Y también a mi me parece que va disminuyéndose el consumo del vodka en Rusia, sobre todo entre la gente joven, porque ahora están muy propagadas las ideas de la vida sana, de hacer deportes, de viajar por toda la parte, y los gustos también van desarrollándose.

 

 

 

7 comentarios en “Qué bebemos en Rusia. No sólo el vodka

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