Todo el mundo sabe cuál es el teatro más grande, famoso y representativo de Rusia: el Teatro Bolshói. Pero no de este teatro (sin duda de gran mérito) se tratará en la entrada actual. Moscú además de ser la capital del país, es la capital teatral de Rusia albergando más de una centena de teatros de distintos géneros. Y ahora tengo varios motivos para contaros de un teatro extraordinario que este otoño abrió su 85ª temporada: el Teatro de Títeres Obraztsov (conocido también como el Teatro Estatal Académico de Marionetas Obraztsov). Ya hace muchos años el teatro ganó gloria representando excelentes espectáculos tanto para niños como para adultos. Su 85º aniversario la Compañía se celebra con una nueva representación con un toque clásico e hispánico: mismísimo El Quijote ha salido a las tablas. El 6 de octubre era estrenado el espectáculo que está dirigido a todo tipo de espectadores desde el más pequeño hasta el más mayor. Aquí está un fragmento pequeño de la obra.
Extraordinario: este atributo acompaña todo en este teatro. Así era por sí mismo Sergey Obraztsov, un fundador de la compañía en 1931 y su permanente director hasta su muerte en 1992. Era una persona muy instruida e inteligente, con un gran toque de la educación «antigua» (en el mejor sentido) y enorme aura cultural que tuvo notable influencia sobre todos quienes tuvieron suerte encontrarse a su alrededor. Aparecía con frecuencia en programas culturales televisivos y fue un placer de verlo y sobre todo de escucharlo por su impecable dominio de la lengua rusa y a la vez por un gran respeto que mostraba hacia sus oyentes.

Foto de RIA-Novosti.
Sergey Obraztsov nació en 1901 y ya a mediados de los treinta se granjeó la fama de artista de variedades que muestra números paródicos con marionetas en su famoso programa en el género burlesco «Romances con muñecas». En 1976 era elegido presidente de la Unión Internacional de la Marioneta, y ocupaba este puesto hasta 1984 cuando se convirtió en su presidente honorario. También era un miembro correspondiente de la Academia de las Artes de Berlín. Su única colección de muñecas exóticas de diferentes países se considera más completa en Rusia y una de más grandes en el mundo.
Desde 1970 su teatro posee un edificio muy singular que se ha convertido en una de las curiosidades de Moscú gracias a un reloj gigantesco en la fachada.

Foto de Simm, Wikipedia.
Cada hora se abren consecutivamente las puertas de las 12 casitas que están situadas a lo largo del perímetro de su esfera, y doce animales – personajes de cuentos populares – saludan al público al son de una melodía rusa popular.
Ya decenas de generaciones de los habitantes y visitantes de Moscú nos criamos entre sus paredes viendo sus espectáculos desde los más pequeños y recibiendo nuestra primera experiencia teatral y cultural. De las obras del teatro Obraztsov aprendemos que los títeres pueden provocar tanto risas como lágrimas y que para ellos están asequibles casi todos los géneros teatrales. Además de espectáculos, el teatro alberga el Museo de títeres y marionetas cuya colección es muy grande y valiosa y la Biblioteca donde están reunidos libros de todo el mundo sobre el arte de títeres.
A partir de 1948 el teatro empezó hacer giras artísticas por el mundo, y desde entonces recorrió todos los países europeos y gran parte de América. En el repertorio dirigido a los espectadores adultos entre otras hay unas obras maestras como «La Divina Comedia», que no está basada en un poema inmortal de Dante Alighieri, sino constituye una redacción humorística de la historia bíblica de la creación del mundo (y es verdaderamente un espectáculo muy cómico); como la continuación suya, «El Arca de Noé»; «Don Juan», una versión satírica de un musical extranjero, para que se utiliza el lenguaje de galimatías representando una mezcla caótica de las palabras sin ningún sentido, aunque todo está comprensible para todos los espectadores cualquiera que sea su lengua materna.
Desde 2012 el teatro representa la obra «El señor viejo y…» basada en novelas de Gabriel García Márquez. Aunque hay muchos espectáculos que dan conocimientos de la cultura hispánica, en su repertorio también hay obras de Moliére, John Patrick, Charles de Coster, etc. Se puede decir que es un teatro cosmopolita.
Pero un espectáculo que ganó la mayor fama mundial es «Un concierto inusual», que se estrenó en 1946 y tuvo la segunda edición en 1968, que estuvo representado alrededor de 10 mil veces y está registrado en el libro Guinness como la obra de ese género más longeva en cartelera. Es una parodia de los viejos teatros de revista y de casi todos los géneros del arte escénico que habitualmente participaban en un concierto mixto: el coro, la música de cámara, la ópera y opereta, la música de vanguardia, el circo, bailes de salón y de variedades, romanzas gitanas y aun un terceto latinoamericano «Los Samomuchos». Pero un personaje más importante y encantador es el maestro de ceremonias. Visitando la mayor parte del mundo se ha convertido en un polígloto, hablando 24 idiomas (castellano entre otras), hasta hindi y farsi.

El maestro de ceremonias. Foto de este sitio.
Aquí os dejo la versión televisiva del espectáculo (por si acaso os atreváis a verla), pero por desgracia no puedo encontrarlo en español.
Este otoño, el 6 de octubre, los actores del teatro celebraron el 70º aniversario del espectáculo «Un concierto inusual» (así como el 85º aniversario del teatro y 115º del nacimiento de su fundador Sergey Obraztsov) con un Desfile de Marionetas en autobús por una vía circular que rodea la parte central de la capital, la calle de Sadovoye Koltso.

Foto del periódico «Vecherniaya Moskva».
Ahora está finalizando el VIII Festival Internacional de los Teatros de Marionetas (en homenaje de Sergey Obraztsov) que tiene lugar en Moscú entre el 6 y 30 de octubre. Participan los teatros de Alemania, Francia, Países Bajos, India, China, Hungría, Bulgaria, Polonia, Italia, y dos participantes de España: un teatro granadino Etcétera con su espectáculo «El alma del Pueblo» y la Compañía The Bag Lady Theater.

Un protagonista del espectáculo «El Alma del Pueblo» de Enrique Lanz, Etcétera, Granada, España. La foto cogida del sitio del Teatro Obraztsov.
Qué interesante tu artículo sobre este arte. Hay creaciones a las que se cuelga el cartel «para niños» y se las clasifica automáticamente como arte menor. Y sin embargo tienen un mérito tremendo y a veces una calidad excepcional. Incluso si parecen para niños, porque los niños son un público mucho más exigente de lo que parece: como tienen los criterios por desarrollar, todavía no los tienen contaminados por el academicismo, la dictadura de lo correcto o el cinismo y la prepotencia de los críticos y los puristas.
Has presentado una semblanza maravillosa de esta tradición que merece más difusión y respeto del que tiene en otros lugares. Me ha gustado mucho.
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¡Muchas gracias, Israel! Y tienes mucha razón: tradicionalmente se clasifica como arte menor. Pero hay una frase muy interesante de Konstantín Stanislavski (que fue un actor, director escénico y pedagogo teatral ruso, creador del método interpretativo Stanislavski y cofundador del Teatro de Arte de Moscú, su actividad artística desarrolló entre los finales del siglo XIX y los principios del siglo XX). Cuando le preguntaron, cómo hay que actuar en un espectáculo dirigido al público infantil, él contestó que «hay que actuar del mismo modo que para el público mayor, pero hay que hacerlo mucho mejor». Evidentemente que las razones de eso son las que has nombrado y que caracterizan el público infantil.
Tengo que decir que en España hay unos ejemplos brillantes de tal enfoque del arte, por ejemplo «Los Titiriteros de Binéfar» en Aragón son fantásticos, a ellos les quieren como niños tanto sus padres y yo entre ellos. Sí te interesa, en el youtube hay muchas sus composiciones.
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Que bello
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¡Muchas gracias, Ana!
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