Apuntándome al proyecto solidario del cual se trata en la entrada anterior de este blog, recordé a una chica rusa que por su aspiración de ayudar a los demás se ha ido demasiado lejos (en todos los sentidos). Ahora quiero contaros su historia, porque ésta merece de ser conocida por todo el mundo como un ejemplo extraordinario de cómo cada una persona puede mejorar el mundo (por lo menos, su pequeña parte) con sus propios esfuerzos.

Victoria con niños en Guatemala. Foto de la portada de su blog.
Victoria Valikova nació en Ufá, la capital de la República de Baskortostán, Rusia, donde hace cinco años se licenció en medicina y luego continuó su formación en Bélgica en un Instituto de la Medicina Tropical, con especialización en «La medicina tropical y la organización de sanidad pública en los países con recursos restringidos». Pasó un par de años trabajando como voluntaria (sin cobrar nada por su trabajo y hasta adquirir los medicamentos para enfermos a su cuenta propia) en colaboración con un ONG, desarrollando la medicina en Guatemala y Haití, y estuvo pasmada por la pobreza, hambre e inaccesibilidad de la medicina para la mayor parte de los habitantes de estos países. La gente que vive allí en las aldeas apartadas muere con frecuencia al sufrir las enfermedades fácilmente curables hoy en día, sólo porque no pueden recibir consulta médica a tiempo. Pero Victoria no gastó su energía para afligirse, sino que hizo todo lo contrario: empezó a construir un hospital para los maya en una aldea lejana. ¿Por qué? Por gran amor a toda la gente y por su convicción que cada una persona, independientemente de su origen étnico, raza, riqueza o religión, merece la vida. ¿Por qué Guatemala? En Rusia hay quienes la reprueban por eso, por no hacer lo mismo en su tierra natal. A eso Victoria respuesta que en Rusia hay una infraestructura amplia de sanidad pública (aunque la sanidad pública en Rusia deja desear mucho mejor), para cada 5.000 de personas hay un hospital accesible, con unos decenas de doctores, y aun en pueblos apartados por lo menos hay una enfermería. Por el contrario, en ciertas regiones de Guatemala para unos 20.000 de personas no hay ni una enfermera y la gente enferma necesita andar varios días para alcanzar un hospital. Además a Victoria le gusta mucho la naturaleza de la América Central, su clima y paisajes. Dice que Rusia para ella es como madre, y Guatemala como novia a la cual une su suerte.
Toda su experiencia Victoria comparte en las páginas de su blog (en ruso), donde cuenta unas cosas muy interesantes y muestra sus fotos llenas de bonitos paisajes, de sus compañeros y pacientes y aun (y eso no es para la gente impresionable) sus logros profesionales en tratamiento de heridas purulentas y otras imágenes espantosas (cuando aparece algo así, lo da a conocer con anticipación).
http://tropical-doc.livejournal.com/
Gracias a su blog, ahora tiene muchos compañeros, que le ayudan construir el hospital. Son de diferentes países, muchos de ellos son rusos – constructores, maestros de obras, electricistas, fontaneros, etc. Todos son voluntarios, no cobran nada por su trabajo, y muchos de ellos necesitaron ahorrar mucho para comprar el billete a Guatemala. En el siguiente video Victoria cuenta (en inglés) sobre su idea de la construcción del hospital intentando atraer a colaboradores y dotaciones.
Por gente como ella merece la pena este mundo. Gracias por contar su historia. Un abrazote
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Rodri, ¡muy bien dicho! Gracias a tí por leer y comentarme. Un abrazo
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De acuerdo con Rodri, existen ángeles como nuestra Médica Rusa, que nos permiten seguir soñando en que no todo está perdido. Aún hay esperanzas!!
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Me encanta tu opinión. Estoy totalmente de acuerdo contigo. ¡Saludos!
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Sí, descubres gente así y dan ganas de seguir adelante. Muchas gracias!! 😘
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¡Gracias a ti, Ana! Tienes mucha razón. Un abrazo.
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Me adhiero al comentario de Rodri e incluso voy un poco más allá: por personas como vosotros los conocemos.
Gracias amiga, os quiero.
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Gracias a ti, amiga. Por eso soy periodista. Besicos.
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Muy bien por tu amiga Victoria, que ha salido de Rusia y conocido otros pueblos y culturas para hermanarse con ellos y entender mejor el mundo.
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Muchas gracias, Julio, por comentar y leerme. Aunque no la conozco a Victoria en persona, me encanta la gente cono ella. ¡Un saludo!
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Reblogueó esto en POR LA PATRIA BUENA.
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¡Muchas gracias por rebloguear!
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Pingback: La médica rusa en la selva – POR LA PATRIA BUENA