Con cierto retraso reblogueo el artículo de Manuel Cerdá sobre una película rusa que forma parte de la clásica mundial del cine. Si hubiera querido yo escribir sobre el tema, no habría hecho mejor que lo hizo Manuel.
Con cierto retraso reblogueo el artículo de Manuel Cerdá sobre una película rusa que forma parte de la clásica mundial del cine. Si hubiera querido yo escribir sobre el tema, no habría hecho mejor que lo hizo Manuel.
Gran película. Cuando la vi, hace ya unos años, lo hice al mismo tiempo que otra de las consideradas claves en la génesis del cine, «El nacimiento de una nación», de la cual diré que me repugnó profundamente por su temática, aunque el estilo narrativo es muy bueno, presagiendo la forma de hacer cine americano posterior. No pude evitar compararlas, y lo cierto es que «El acorazado Potemkin», dejando a un lado su carácter propagandístico, es espectacular, aunque con una narrativa mucho más sobria en planos, actuación y recursos que la americana. Algunas de sus míticas escenas (sí, la manida del cochecito de bebé, pero hay otras) merecen un sitio en el Olimpo cinematográfico.
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Tienes mucha razón, Luis. Si la Revolución rusa tuvo algún buen efecto, es que su época fue marcada con un auge enorme del arte vanguardista en Rusia, y aunque esta película no es verfdaderamente vanguardista, ciertos rasgos de eso se notan perfectamente en pura creatividad sin importar de que se trata (si sea la propaganda revolucionaria u otra cosa). Su director Serguéi Eisenstein hasta ahora se considera un genio. Y además quería añadir más detalles interesantes. Por ejemplo, la película estuvo rodada en la época del cine en blanco y negro, aunque hay una escena donde aparece una bandera roja ondeando, y es roja de verdad. Para hacerla roja, la pintaron manualmente en cada fotograma donde aparece, en todas las copias de la película. 🙂 Imagínate como se había visto en su tiempo. Y hasta ahora esa obra sigue suscitando muchas alusiones, citas y aún parodias en ciertos ejemplos del cine actual. 🙂
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Impagable el homenaje de «Los intocables», por ejemplo. En efecto, la película es todo un referente para la historia del cine. Para mí, junto con «Metrópolis», es la más representativa del cine mudo y en b/n.
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Muy buenos ejemplos. Y si podrás encontrarla con doblaje en español, te recomiendo una comedia soviética y polaca de Juliusz Machulski, un director de cine polaco, «Deja vu», rodada en 1990. Allí aparece una versión humorística de cómo Eisenstein había rodado su obra maestra. 🙂
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Echaré un vistazo, a ver si la encuentro 😉
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Genial película y buen artículo!
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Siempre me gusta, cómo escribe Manuel. 🙂
Gracias por tu comentario.
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