¡Hola a todos!
Ya había mencionado que me gusta encontrar las cosas semejantes en ciertos eventos de la cultura española y rusa. Y ahora os propongo un par de ellos. Ambos tienen lugar en julio, aunque uno en Rusia y el otro en España. Fijaos en las siguientes dos imágenes y buscad las diferencias.
La primera imagen es de http://www.pirineos-sur.es/ y la segunda de http://grushinka.ru/fotoarhiv
La idea de colocar un escenario flotante sobre la superficie del agua se les ocurrió a muchas personas: así surgieron varios festivales musicales por todo el mundo. Por ejemplo, todos los veranos en julio o agosto por encima de las aguas del lago de Constanza suenan bellas arias clásicas: en la ciudad austriaca de Bregenz desde 1946 se organizan los festivales de la ópera. Las obras se representan sobre el escenario flotante, y el auditorio adapta las condiciones naturales de la ladera del lago (así como lo habían hecho los romanos en la antigüedad, construyendo teatros y anfiteatros). En el mundo actual existen muchos escenarios de tal tipo para conciertos y festivales al aire libre.
El pasado fin de semana en la localidad española de Lanuza, Huesca, comenzó el Festival Internacional de las Culturas Pirineos Sur. El escenario está situado en el Pantano de Lanuza, mientras los espectadores ocupan la ladera de la montaña escuchando los ritmos del flamenco de Diego el Cigala, de América Latina, de África y mucho más.
En Rusia también todos los años se celebran varios festivales al aire libre, y entre ellos hay uno muy especial, que normalmente tiene lugar durante el primer fin de semana de julio en la región de la ciudad de Samara, situado en la cuenca media del río Volga. Se llama oficialmente El Festival de toda Rusia de la canción de autor a memoria de Valeri Grushin, aunque la mayoría de la gente lo conoce simplemente como el Festival Grushin. En sus mejores momentos del auge reúne hasta 200 mil de participantes, entre los cuales hay como cantautores tanto espectadores y apasionados de este género musical. La canción de autor fue muy popular en Rusia en los años sesenta, setenta y ochenta, porque en la sociedad autoritaria soviética la obra de los bardos (así llamamos a los cantautores en Rusia con referencia a juglares y trovadores de la Europa medieval) simbolizó la libertad, y muchas canciones verdaderamente tuvieron un aire antisoviético, político, pero hubo mucho más otras, dedicadas a temáticas filosóficas, sociales, personales, sin olvidar el tema del amor, aunque a nivel algo más interesante que «te quiero» o «no te vayas». Las canciones humorísticas también siempre fueron muy bien recibidos. Posiblemente varios nombres de los más famosos bardos rusos os parezcan conocidos: Vladímir Visotski, Bulat Okudzhava, Aleksandr Gálich… Hoy en día la fama de la canción de autor ha disminuido en cierto grado por varias razones, pero siempre tiene a sus espectadores dispuestos a superar días y kilómetros para llegar a un concierto o un festival al aire libre.
La historia del festival empezó en 1968, un año después de la muerte de Valeri Grushin. Valeri fue un estudiante del Instituto de Aviación, además compuso canciones y organizó un terceto llamado «Los Castores Cantantes». También le gustaba el turismo deportivo. En 1967 durante un descenso por un río en Siberia se lanzó a salvar la vida de los niños que se ahogaron en el río. Valeri logró sacarlos de las aguas bravas, aunque murió ahogándose. Un año después sus amigos se reunieron por la primera vez para honrar su memoria con canciones, y el número de participantes fue un poco más de 600 personas. Todos los siguientes años el festival iba tomando cada vez más popularidad, reuniendo a todos los cantautores, como muy famosos tanto primerizos, desde todos los rincones de un país enorme, cual por aquel entonces fue la URSS. En 1980 el festival fue prohibido por las autoridades soviéticas, y hasta 1986 existió ilegalmente para luego restablecerse de nuevo y reunir a todos los amantes de la canción de autor hasta hoy día. Lo he visitado muchas veces entre finales de los 80 y mediados de los 90. Además de canciones y fiestas, el festival tuvo un ambiente muy especial: de amistad absoluta, de benevolencia y gran respeto a todos los demás, de camaradería y compañerismo, de asistencia mutua, de comunidad de ideas e intereses. También siempre ha sido un punto de encuentro para todos los amigos de todo el país: con muchos de ellos nos encontramos sólo una vez al año, en el Festival Grushin.
El festival tiene lugar en un sitio de gran belleza natural, ubicado a orillas de un lago entre los Montes Zhigulí, cerca del río Volga. Todos los participantes y espectadores se alojan en un gran campamento de tiendas de campaña, convirtiendo el paraje en una ciudad de lona multicolor de enorme tamaño.

Foto de Artemi Lébedev
Por doquier están situados escenarios donde los cantautores representan sus canciones. El escenario principal tiene forma de la guitarra con velas, o bien un velero con un aspecto de la guitarra, y está colocado a flor de agua flotando sobre la superficie.

Foto de Vadim Uskov
El concierto más importante del festival dura toda la noche del sábado, y el público ocupa toda la ladera del monte que se eleva sobre el lago, reaccionando a las canciones con las luces de sus linternas.

Foto de Vadim Uskov
En la orilla opuesta del lago lanzan los fuegos artificiales, por el lago cursan veleros y canoas, y a veces desde el cielo descienden paracaidistas. Es un espectáculo muy hermoso. Normalmente durante todos los días y las noches del festival apenas es posible dormir un par de horas, porque además de conciertos el programa incluye partidas de fútbol, talleres, torneos y mucho más.
A continuación un pequeño fragmento del concierto bajo la montaña para sentir el ambiente de lo que pasa. La canción final del concierto nocturno ya se ha convertido en una especie de himno del festival y de todo el movimiento de la canción de autor en Rusia (su autor es Yuri Vízbor). Todos los participantes del concierto salen al escenario, y a su canto se unen todos los espectadores que están en la montaña.
¡Buen fin de semana o lo que se queda de él!
Muy interesante, no hubiera pensado que conocías el Festival Pirineos Sur de Lanuza. Un abrazo!
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¡Gracias, Francisco! Viviendo cinco años en Zaragoza con mucho interés a todas las cosas que hay alrededor, conozco algo así. 🙂 Y sigo leyendo la prensa española hasta ahora. ¡Un abrazo!
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Me alegra que sigas al día, un abrazo !
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Mira qué cosa más curiosa 😉
Lo cierto es que no he estado nunca en el Pirineos Sur (soy muy vago para desplazarme a conciertos y la música que tocan en el festival no me disgusta pero no es de mi rollo), lo reconozco. Tu crónica del festival Grushinka está pero que muy bien, como siempre, y lo del escenario con esas formas sobre el agua mola mucho, la verdad.
Lo de completar el aspecto musical con otras actividades llegando en ocasiones a convertir el lugar en un auténtico parque temático (me viene a la cabeza, por ejemplo, el Hellfest francés de heavy) potencia tanto la cantidad de tiempo dedicada al ocio como la actividad económica de dicho lugar, así que siempre es una «bendición» para el municipio cercano donde se celebra. Aunque en este caso parece que no hay una ciudad cercana, ¿no?
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Jejeje, una ciudad cercana sí hay, aunque «cercana» a escala rusa, es decir teniendo en cuenta las distancias de mi país. El lugar del festival está ubicado en la región u óblast (es como una provincia en España) de la ciudad de Samara, a 70 km del centro de la provincia, y el tren de cercanías recorre esta distancia muy lentamente, con muchas paradas, durante más o menos dos horas. Y el centro sí tiene muchas ventajas económicas participando en el proceso de organización, aunque él que juega un papel principal en este proceso es el club de la canción de autor en Samara (llamamos club una institución parecida a una peña en España). Es interesante que la otra ciudad cercana (aunque no es un centro provincial, sino, usando términos españoles, comarcal, jajaja) es Toliatti, llamado así en honor a Palmiro Togliatti, secretario general del Partido Comunista Italiano quien falleció mientras se encontraba de vacaciones en la Unión Soviética. Y esta ciudad es un gran centro de la industria automotriz, donde producen coches bajo la marca Lada (uno de los modelos llamado Niva veo con frecuencia en las calles de España, creo es porque es un todoterreno, no muy bueno, pero barato, jajaja).
Mira, has llamado el festival «Grushinka» aunque no utilicé esa palabra, y sabes, la mayoría de la gente lo llama exactamente así: Grúshinka. Qué curioso. 😀
Muchas gracias por leer y comentar, cuentas muchas cosas interesantes. ¡Un abrazo!
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MIra, de Togliatti sabía, pero no conocía que hubiera muerto en Rusia (URSS entonces)
Lo de llamarlo «Grushinka», bueno… ha sido simplemente porque he vuelto a mirar tu post para poner el nombre 🙂
Las distancias rusas… tan descomunales 😀 😀 😀 😀
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Sí, Togliatti estuvo de vacaciones en Crimea, cuendo murió.
Jeje, diciendo de «Grushinka» me he refería a la terminacion de la palabra en «ka». 🙂
😀
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