Cuando hace años mi marido trabajó en un instituto de investigación en Madrid, solía almorzar en un comedor de la empresa. Y me contó que los jueves allí siempre servían la paella de marisco: un hecho que nos pareció algo curioso (en los dos sentidos de la palabra). El caso es que en Rusia durante muchos años o aun décadas los jueves fueron los días del pescado en todos los comedores públicos del país.
En muchos cuentos populares rusos se mencionan los ríos de leche con las orillas de kisel (que corresponde a un concepto del país de las mil maravillas, país de Jauja). Porque la leche siempre se asociaba en Rusia con un símbolo del bienestar, de la vida holgada y despreocupada y de la abundancia inagotable.
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Desde la antigüedad los productos lácteos siempre eran estimados y respetados, aunque no todos de ellos aparicieron a la vez. Pero ahora estos productos presentan muchísima diversidad, pueden ser frescos, fermentados, elaborados, etc. A continuación voy a contar un poco no tanto sobre su elaboración como sobre su metamorfosis, su transformación de uno a otro a partir de un producto básico. Y por supuesto un par de recetas (o un poco más).
En Moscú los últimos días presentan un calor enorme. Hasta que mi cabeza no funciona bien para hablar sobre las cosas más grandes. No me quejo sabiendo que vuestro verano está mucho más duro. Como consecuencia de eso, no tenemos muchas ganas de comer y sobre todo de cocinar. Por suerte, en este caso nos ayudan las recetas tradicionales que os voy a mostrar en esta entrada culinaria.
A mí me parece muy interesante cómo la lengua refleja la realidad de cada pueblo y la existencia o ausencia de ciertas cosas en su vida dependiendo de su situación geográfica u otras razones. Sin duda ya sabéis que existe una creencia popular que las lenguas nativas de los pueblos esquimales tienen un gran número de palabras para nombrar la nieve. Algo parecido se observa con muchas otras cosas. Por ejemplo, en la lengua española hay un gran número de nombres de los crustáceos y moluscos, mientras en la rusa nunca vimos tanta su diversidad y por lo tanto nos contentamos con tan sólo dos o tres. Y por el contrario, he descubierto que en la lengua española faltan los nombres para muchos frutos que tenemos en abundancia en verano en Rusia. Por ejemplo, todos esos arándanos o grosellas con distintos epítetos se refieren de verdad a una clase enorme de frutos cada de los cuales es singular. En la lengua rusa hay muchas palabras para llamarlos todos con los nombres no científicos sino populares. Y hoy quiero contaros y mostraros algunos de ellos (frutos, palabras no), cuanto y más ya está empezando su temporada.
El consumo de setas del bosque en Rusia es una tradición antigua. Las setas siempre formaban la parte considerable de la alimentación en mi país, y sobre todo para los habitantes de los pueblos y aldeas de las regiones del centro y del norte del país y de Siberia. Los bosques de dichas regiones son espesos y capaces de aportar los distintos tipos de alimentos para los aldeanos. Y desde la primavera hasta el otoño (más exactamente, de finales de abril hasta finales de octubre, dependiendo de la clima de la región y de las variaciones del tiempo) las setas ocupan entre ellos un lugar destacado.
Mientras preparaba la presente entrada llegué a saber con sorpresa que el 5 de abril se celebra el Día Internacional de la Sopa. Aunque nos habíamos cruzado en el tiempo con este acontecimiento, voy a continuarlo, y sobre todo porque en Rusia celebramos los días de la sopa todos los días durante todo el año. La sopa en mi país es uno de los fundamentos de la comida diaria para la mayoría de la gente de todas las edades y bolsillos. A continuación voy a contaros ciertos datos de la historia de este plato en Rusia, de su lugar en la cultura y en la mesa y, como siempre, voy a mostraros un par de recetas.
Hola a tod@s, hoy os traigo una receta de la ensalada de fiesta, que está muy popular en Rusia, y sobre todo en las fiestas de primavera. Como todo el plato tiene su propia historia, os voy a contarla.
Mientras tenemos un intervalo en las fiestas y todo, y estamos todavía en pleno invierno, además sufriendo la crisis y las antisancciones de nuestro gobierno en Rusia, ahora es mano preparar esta ensalada típica de la cocina rusa, que nos aporta ciertas cantidades de vitaminas y minerales y tiene un aspecto muy bonito y vivo de colores. Y sobre todo, sus ingredientes son las únicas verduras y hortalizas que podemos encontrar siempre en todas las tiendas o mercados durante todo el año. Está algo parecida a la ensaladilla rusa, pero tiene muchas diferencias, siendo una ensalada vegetariana. Es curioso, pero contrariamente a su nombre no lleva ningún vinagre ni salsa vinagreta, como lo veis a continuación.
El invierno en Rusia es muy largo, monótono y frío, y por eso nuestros antepasados se habían preocupado por inventar los distintos modos de la conservación de los alimentos hasta el siguiente verano, y sobre todo los alimentos vegetales. Desde la antigüedad los finales de verano y los principios de otoño siempre llevaban aparejada la temporada de acopios y conservaciones para hacer reservas para el consumo invernal.
Cumpliendo mi promesa anterior he venido con unas recetas de ensaladas típicas rusas para las épocas del invierno, y sobre todo para la Navidad y la Noche Vieja.