Pese a la opinión difundida, una bebida más popular en Rusia no es el vodka, sino el té. Lo toman todos, normalmente por lo menos dos o tres veces al día. Aunque el té apareció en Rusia en la primera mitad del siglo XVII y costaba mucho, se difundió muy rápidamente entre todas las clases sociales. La tradición de tomar el té entre la aristocracia rusa tomó como modelo la de Gran Bretaña, sentando a la mesa perfectamente puesta, con la vajilla de porcelana, a menudo añadiendo la leche a la bebida, tomando postres y teniendo las conversaciones largas. De manera diferente tomaban el té en las casas de mercaderes (que formaban su propia clase social en Rusia de los siglos XVIII, XIX y los principios del XX, bajo los nobles y clérigos). La gente de este grupo solía exhibir su bienestar, y cuando mencionamos la mesa tradicional de té en Rusia, imaginamos ante todo su manera de tomar el té.

Borís Kustódiev. «La mujer del mercader tomando el té»