La respuesta a la adivinanza de la entrada anterior es muy sencilla, pero sospecho que las ciudades españolas no tropezaron con el problema como ese por cierta diferencia del urbanismo de ambos países. Como comentó ayer mi amiga bloguera Ana, y tuvo cierta razón, las torres cumplieron función de vigilancia contra un enemigo. Pero ¿quién o qué fue este enemigo, uno de los más poderosos enemigos que amenazaron a las ciudades y los pueblos rusos de los tiempos pasados? Vamos a ver…